Uno de los recuerdos más representativos de todo niño es la primera ocasión en que montó una bicicleta, para algunos una experiencia bastante satisfactoria, y para otros más, un momento lleno de raspones y cicatrices, pero indudablemente un acontecimiento que prevalecerá por siempre.
Sin embargo, lo más seguro es que como padre desees que este suceso sea algo único y agradable para tu hija o hijo, por ello, en este artículo te diremos cuáles son los cuatro pasos a seguir para que tu pequeño aprenda a montar bicicleta de la manera correcta.
Trabajemos en el equilibrio.
Aprender a controlar el equilibrio representa el 80% del trabajo, ya que mientras pueda sostenerse arriba de la bicicleta sin perder el control, pedalear resultará lo más fácil del mundo.
Es por dicha razón que algunos expertos recomiendan en un principio retirar los pedales o usar una bicicleta sin ruedas, para que de esta manera el niño pueda mantener los pies en el suelo y únicamente se concentre en trabajar con el equilibrio.
Una vez que se familiarice con el peso de la bicicleta y aprenda a controlar el mismo con su cuerpo, será momento de pasar a la siguiente etapa.
Intentar con los pedales.
Para la segunda fase, es importante que busques un área recta y uniforme para darle mayor estabilidad y confianza a los primeros intentos de tu hija o hijo con los pedales, si es posible que haya pasto en las áreas laterales para amortiguar cualquier caída será mucho mejor, de cualquier manera, siempre es recomendable el uso de casco, coderas y rodilleras.
Algunos especialistas en la enseñanza de esta disciplina sugieren no tratar de sostener a los niños en ningún momento, pues en lugar de reforzar las habilidades de equilibrio practicadas en la primera etapa, se puede tener un retroceso, aunque esto dependerá de cada padre.
Cómo girar con la bicicleta.
Una vez que tu pequeño o pequeña haya logrado mantener el equilibrio y haya podido avanzar en línea recta sin ninguna complicación, es momento de aprender a girar.
Para esta etapa se recomienda tener un espacio amplio en el cual se pueda maniobrar, de esta manera no importará qué tanto se abra en los primeros intentos. Poco a poco podrá ir perfeccionando su técnica hasta girar como todo un profesional.
Recuerda que por mejor dominada que se tenga la habilidad del equilibrio las medidas de protección nunca están de más, por lo tanto, el uso de casco, coderas y rodilleras debe ser obligatorio en todo momento.
Subidas y bajadas.
Como último paso, es importante plantearse retos para pulir las habilidades aprendidas y desarrollar otro tipo de destrezas, y las subidas y bajadas representan el escenario ideal, pues además de poner a prueba el equilibrio, también mejoran la fortaleza en las piernas e incluso fomentan la habilidad de pedalear parado, y en las bajadas también se pueden probar los frenos y su efectividad.
Lo idóneo es que encuentres un espacio poco transitado y que no represente un peligro, tanto para tus hijos como para los peatones, y una vez hayas encontrado dicho lugar, sólo hay que practicar, practicar y practicar.
¿Qué debes tener en cuenta a la hora de comprar la bicicleta para tus hijos?
Con la gran cantidad de ofertas en cuanto a bicicletas infantiles en el mercado, seguramente te estarás preguntando ¿Cómo saber cuál es la indicada para tu hija o hijo? Y la realidad es que no se requiere mucha ciencia para saberlo.
Basta con que sepas diferenciar las rodadas, por ejemplo: una bicicleta con ruedas del número 12 está recomendada para niños de entre 2 y 4 años, las que tienen una rodada del número 14 son ideales para niños de entre 3 y 5 años, las del 16 para niños de 4 a 6 años, las del 18 para niños de 5 a 7 años, del 20 para 6 a 10 años, 24 para 9 a 12 años y 26 para 12 años en adelante.
Una recomendación bastante frecuente es que procures comprar una bicicleta lo suficientemente grande como para que le dure bastante tiempo, esto es que, si tu hijo tiene 3 años, sería un error comprarle una bicicleta del número 12, pues en menos de un año posiblemente la dejaría, aunque también debes tomar en cuenta que cada niño crece a su propio ritmo, por lo que deberás ser muy observador para determinar qué rodada y talla son las más convenientes.
Por supuesto que la calidad de la fabricación y los materiales con los que está construida una bicicleta también desempeñan un papel fundamental, por ello es recomendable adquirirla en un lugar especializado, pues a diferencia de las que encontrarás en cualquier juguetería, una bicicleta profesional siempre será más duradera, cómoda y práctica.
Andar en bicicleta es un placer del que tus pequeños no deberían estar excluidos, así que toma en cuenta estos consejos para que puedan aprender a hacerlo en un dos por tres.
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