Reír juntos es una forma de conectarse, el saber cómo desarrollar el sentido del humor en tus hijos, puede hacer a los niños más inteligentes, saludables y brindarles mejor disposición para asumir retos.
El sentido del humor alegra la vida de la familia.
Soplar sobre el abdomen de tu bebé, ponerle un sombrero gracioso a tu niño de 3 años o simular una caída sobre un montón de almohadas para divertir a tu niño de primer grado, son acciones que seguro les sacarán un par de carcajadas.
A medida que los niños se convierten en preadolescentes y adolescentes, puedes ir compartiendo juegos de palabras y bromas con ellos, ya que su sentido del humor se vuelve cada vez más sofisticado.
Solemos creer que el humor es parte de nuestra disposición genética, como los ojos azules o los pies grandes. Sin embargo, la realidad es que el sentido del humor puede ser desarrollado en niños, no es algo con lo que nazcan.
Debido a los beneficios que esto puede traer para la vida de tus hijos y tu relación con ellos, hemos decidido realizar esta colaboración con nuestros amigos de www.2×3.cl, donde te enseñaremos cómo desarrollar el sentido del humor en tus pequeños.
¿Qué es tan divertido?
El humor es lo que hace a algo divertido, el sentido del humor es la capacidad de reconocerlo.
Alguien con un sentido del humor bien desarrollado tiene la capacidad de reconocer lo divertido en otros y puede divertirlos también.
Un buen sentido del humor es una herramienta en la que los niños pueden apoyarse durante su vida para ayudarlos a:
- Ver las cosas desde distintas perspectivas además de la más obvia
- Ser espontáneos
- Desarrollar ideas no convencionales y distintas formas de pensar
- Ver más allá de lo superficial
- Disfrutar y participar en aspectos lúdicos de la vida
- No tomarse las cosas personalmente ni muy en serio
Los niños con un sentido del humor bien desarrollado son más felices y optimistas, tienen mejor autoestima y pueden manejar bien las diferencias (propias y de otros).
Los niños que pueden apreciar y compartir humor son más apreciados por sus compañeros y pueden manejar de mejor forma las adversidades de la niñez. Desde mudarse a una nueva ciudad, hasta ser víctimas de bullying.
Y un buen sentido del humor no sólo ayuda a los niños emocional o socialmente. Las investigaciones han demostrado que las personas que ríen más son más saludables y menos propensas a la depresión, lo cual su resistencia a enfermedades o problemas físicos.
Además, por encima de todo, el sentido del humor es lo que hace que la vida sea divertida.
Diferentes edades, diferente humor
Los niños pueden comenzar a desarrollar el sentido del humor desde una edad bastante temprana. Sin embargo, lo que es divertido para un niño pequeño, no lo será para un adolescente.
Ayudar a tus niños en cada fase de su desarrollo es importante para saber qué es probable que les divierta.
Bebés Los bebés realmente no entienden el humor, pero sí saben cuándo estás sonriendo y estás feliz.
Cuando haces ruidos divertidos o caras graciosas y luego sonríes, es probable que tu bebé sienta alegría e intente imitarte.
Él o ella también responderán bastante bien a la estimulación física, como las cosquillas.
Entre los 9 y 15 meses, los bebés conocen suficiente acerca del mundo como para entender que cuando su madre pone un pañal en su cabeza o hace sonidos de animales, está haciendo algo inesperado y eso es divertido.
Niños pequeños Los niños pequeños aprecian el humor físico, especialmente aquel con un elemento sorpresa (como aparecer sorpresivamente o unas cosquillas inesperadas). A medida que los niños desarrollan el lenguaje, irán encontrando rimas y palabras sin sentido que son divertidas. Esto continuará hasta los años de preescolar.
También es alrededor de esta edad donde muchos niños intentan hacer que sus padres se rían. Tu niño puede, deliberadamente, apuntar al sitio incorrecto de su cara cuando le preguntes dónde está su nariz o ponerse tus zapatos y caminar de forma graciosa por toda la casa.
Niños de preescolar Los niños de esta edad suelen encontrar el humor en una foto con algo fuera de toda lógica (como un carro con ruedas cuadradas o un cerdo usando gafas de sol) que en un chiste verbal. La incongruencia entre imágenes y sonidos (un caballo diciendo “mu”) también es divertido para este grupo etario. Además, a medida que se vuelven más conscientes de las funciones corporales, los infantes comienzan a divertirse con chistes e historias con elementos un tanto escatológicos.
Niños en edad escolar Una vez los niños pasen el preescolar, los juegos de palabras, la exageración y las payasadas serán mucho más divertidos. Acá pueden descubrir el placer de contar chistes sencillos (es divertido para ellos ser quienes conocen el final) y los repetirán una y otra vez.
=Lectura recomendada: Actividades para lenguaje=
Los niños en grados superiores tienen un mejor conocimiento de lo que significan las palabras y pueden jugar con ellas. Les gustan los dobles sentidos, acertijos y otras formas de jugar con las palabras. También comenzarán a divertirse con cualquier desviación de lo que ellos consideran formas “normales” de comportamiento o vestimenta. Los chistes relacionados con funciones corporales también son un éxito durante esta edad.
A esta edad los niños también desarrollan formas más sutiles de humor, como la habilidad de usar el ingenio y el sarcasmo, así como el manejo de situaciones difíciles a través del humor.
Principios del humor
Nunca es tarde para empezar a desarrollar el sentido del humor de un niño. Las sonrisas y carcajadas de los bebés son tan divertidas que los hacemos reír intuitivamente.
Es importante mantener esta motivación mientras el niño crece. Cuando eres juguetón y divertido con tu hijo, disfrutando de la ingenuidad y risas, lo ayudas a desarrollar humor ante la vida.
Una de las mejores formas de hacer esto desde los primeros años es pasar tiempo siendo receptivo a las oportunidades que te da tu hijo para reír o sonreír. Sé espontáneo, juguetón y consciente de lo que hace reír a tu hijo a diferentes edades. También sé lo suficientemente divertido como para reírte, de manera que los chistes no pasen desapercibidos.
¿Qué más puedes hacer para desarrollar el sentido del humor en tus hijos?
Sé un ejemplo de buen humor. Una de las mejores cosas que puedes hacer para desarrollar su sentido del humor es usar el tuyo propio. Haz chistes, cuenta historias divertidas, ríete a carcajadas y no te tomes a pecho los pequeños problemas.
Toma en serio su humor. Motiva a tu hijo a intentar a hacer algo gracioso. Ya sea leyéndole chistes de un libro o haciendo dibujos graciosos de la mascota de la familia. Celebra que tu hijo intente ser gracioso y esté abierto a sorpresas. La primera que tu hijo te hace reír es uno de los más grandes placeres de la vida.
Enseña a los niños que los adultos son divertidos y que ellos también pueden serlo. Haz del humor parte de tus interacciones cotidianas con tus hijos e incentívalos a compartir observaciones o reacciones divertidas, incluso cuando estén rodeados de adultos.
Crea un entorno de humor. Rodea a tus niños de libros entretenidos. Para los pequeños pueden, ser libros con imágenes. Para los niños mayores, pueden ser libros de chistes o historietas. También usa programas de televisión divertidos, películas y sitios web para todas las edades. Ayuda a tu hijo a tomar decisiones correctas y a divertirse.
Dónde poner los límites
No querrás castrar su sentido del humor, pero los niños necesitan límites, como en cualquier otra área. No es bueno que los incentives a hacer chistes crueles o pasados de tono, así que sé un buen modelo a seguir y evita usar el humor de esta forma. Si alguien te hace un chiste cruel o inapropiado, no te rías. Tómate el tiempo de explicarle a tu hijo por qué no es divertido.
También deberías desincentivar de forma delicada el humor relacionado con necesidades fisiológicas. Estos chistes no herirán los sentimientos de nadie, pero a tu hijo podría costarle determinar cuándo está bien hacer esos chistes (en casa) y cuando no (en el salón de clases).
=Lectura recomendada: La empatía en los niños=
La familia que ríe unida, permanece unida
Por encima de todo, el humor es algo social. Y esa es la razón por la que ríes más fuerte con una película cuando la ves en el cine o con otras personas que cuando la ves solo en sillón.
Un aspecto clave para desarrollar el sentido del humor de tu hijo es divertirse como familia. Compartir chistes, jugar y ver películas graciosas juntos.
Otra estrategia que puedes implementar es adoptar tradiciones familiares no convencionales, como ponerse cucharillas en la nariz o usar pijamas que combinen. Será divertido en el momento y seguramente sea más divertido con el paso de los años, cuando tú y tu hijo recuerden esos momentos en familia.
Gracias por leer este post invitado en mimamadice.com
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