Cuéntame un cuento…
Los cuentos de los abuelos deleitan a los niños y nos ayudan a comprender nuestro lugar irrepetible en la familia.
Entusiasma, además, a otros integrantes a compartir sus historias, y a los más pequeños al volver a contarlo se convierte en parte de su historia.
Llevar acabo esta dinámica propiciará que tus hijos aprecien la sabiduría y experiencia que poseen los abuelos y otros miembros de la familia.
Mientras escribía este post, llego a mi cabeza una reunión familiar (hace unos tres años) en la que le pedíamos a mi abuelo que nos recitara “Un Ratoncito Ignorante” para poder memorizarla y que mis sobrinos en algún momento se la pudieran decir. Yo en ese momento no pensaba que iba a tener un bebé.
No soy de la nueva generación que de todo hago un video, sin embargo ese día lo hice. Unos meses después mi abuelo murió. Mi bebé aún no está en edad ni de hablar pero sé que le voy a enseñar “El Ratoncillo Ignorante” recitada por mi abuelo en cuanto tenga chance.
Afortunadamente yo disfrute mucho de él y tengo tantas historias suyas que ya son mías que te puedo recomendar ampliamente esta actividad familiar.
Por cierto, puedes aprovechar el 28 de agosto que se celebra el día de los abuelos (en México)
¿Qué puedo hacer?
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Planear abiertamente la noche de “recuerdos”, traer una foto o un artículo significativo de algún momento en particular, darán muchas horas de conversación.
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No dejes de hacer un video de esa historia que has oído mil veces y que te gusta, de esa canción que le cantaban a tu mamá cuando era niña o esa poesía que recitó cuando era un niño.
¿Llego a ti un recuerdo lindo de tus abuelos o de una historia familiar entrañable?
¡Comenta! Me encantará leer tu historia.
Y porque no me voy a quedar con las ganas, aquí les dejo “El Ratoncillo Ignorante” en la versión de mi querido abuelo, que en realidad es de José Rosas Moreno (1838-1883)
El Ratoncillo Ignorante
Un ratoncito pequeño,
sin malicia todavía,
al despertar de su sueño,
se sentó en su cuarto un día.
Delante del agujero
sentado un gatito estaba
y con tono zalamero
así al ratoncito hablaba:
—Sal, querido ratoncillo,
que te quiero acariciar,
te traigo un dulce exquisito
que te voy a regalar.
—Tengo un azúcar muy buena,
miel y nueces deliciosas…
si sales, a boca llena
podrás comer de mil cosas.
El ratoncillo ignorante
del agujero salió;
y don gato en el instante
a mi ratón devoró.
Elda Luján dice
Hola, estoy buscando un cuento-poesía pero no se el título ni su autor. Es uno que nos contaba el abuelo. Ojalá me puedan ayudar a encontrarlo. Dice mas o menos así:
Un perrillo resbaló,
saltando a orillas de un río
y en su torpe desvarío,
en el agua se cayó
Otro perro que lo vio,
arrojóse a la corriente…
Lo que sigue, ya no lo ruerdo!!!! 🙁
Tengo entendido que estaba en los libros de español, donde estaba el cuento del Ratoncito Ignorante
mimamadice dice
Hola Elda, que lindos que son los recuerdos de con los abuelos ¿no? esas palabras que trascienden los años y nos remontan a espacios, lugares, colores e incluso olores de ciertos momentos.
Este que mencionas, no lo había escuchado 🙁 pero prometo preguntar para ver si alguien lo conoce.
Gracias por compartir este recuerdo, bienvenida siempre.
Deheni
Elba dice
Arrojose a la corriente y rápido y diligente, sin saber de si siquiera salvó de una muerte fiera a su amigo felizmente.
mimamadice dice
Elba ¡que lindo! muchas gracias por comentar.
bienvenida siempre, Deheni