Sabemos de la importancia física de realizar ejercicio, de inculcar en nuestros hijos la disciplina, los hábitos, el trabajo en equipo y en estos tiempos que puedan estar “moviéndose” no solo frente al wii.
Los deportes que comúnmente se recomiendan a los chiquitos que van a terapia tienen que ver con favorecer habilidades como: el seguimiento de instrucciones con el Karate, el trabajo en equipo con futbol o basket, la coordinación con la natación, la coordinación ojo mano con el tenis, etc.
En relación a la familia el deporte favorece la integración familiar al asistir a los torneos/partidos, ayuda a los papás a reconocer los esfuerzos y las nuevas habilidades adquiridas en los pequeños, los vincula creando nuevos ejes de convivencia, además si tenemos suerte podemos integrarnos a un nuevo grupo de familias con los cuales convivir y establecer lazos de amistad.
Hace unos días… mi sobrino de 5° de primaria que juega futbol en el equipo de la escuela, fue al partido de los sábados. Él como muchos otros es un “amateur” en el arte de manejar con eficacia la pelota y dirigirla –digamos- con eficacia a la portería, razón por la cual estuvo solo 10 minutos dentro del campo (estaba muy molesto).
El equipo de mi sobrino ganaba el partido, los papás ovacionaban a sus hijos desde la grada correspondiente, en la cancha los ánimos se caldeaban y comenzaban los empujones ¿¡!? Al final ya con el triunfo en la mano un pequeño del otro equipo se para frente a la tribuna contraria estira su camiseta y les “pinta dedo” a los papás ¿¡!?…
Al finalizar el partido, se reúnen los papás del equipo de mi sobrino para analizarlo, la conclusión a la que llegan es: como unos juegan muy mal y otros no tanto, los que están peor formaran un equipo distinto al de los “buenos” para que no interfieran en el torneo y “a ver si así se motivan”…de los empujones y del niño pelado no se dice mayor cosa, salvo que son niños (en masculino) así se comportan, que así es el futbol y del niño que “pues sí, no está bien que haga eso” ¿¡!?
Me parece que esta situación puede dar mucho para la reflexión…
¿Buscamos en realidad que nuestros hijos desarrollen habilidades? Y entonces ¿La convivencia y el trabajo en equipo? ¿Qué pasa cuando creemos qué así es el futbol y que, como son niños (masculinos) son de “poca mecha”?, ¿Qué pasa con los modelos que la televisión nos da acerca del desarrollo de los deportes? Qué algunos de los niños estén en el equipo de los pocos hábiles ¿en verdad los va a motivar?
Hace unos días leí
esta es una buena reflexión que podríamos poner en práctica en cualquier ámbito educativo ya sea en casa, la escuela o en el campo de futbol…
¿Tu hijo participa en alguna actividad grupal?
¿Cuáles son las ventajas que encontraste en este deporte, en que lo han beneficiado?
Me encantará leer tus comentarios, desde ya ¡gracias!
Deja una respuesta