La estimulación temprana multisensorial, se enfoca a los tres primeros años de vida particularmente a los primeros 18 meses.
Debido a que es en esta etapa, cuando el ser humano edifica las bases de su desarrollo neurológico.
Que depende estrechamente de la actividad sensoriomotriz.
La percepción sensorial constituye el fundamento del conocimiento, siendo esta área particularmente útil para despertar la conciencia del niño sobre la presencia de sensaciones.
Adquiriendo de esta forma información a través de las partes de su cuerpo.
No hay nada en la inteligencia que no haya estado previamente en los sentidos.
«Los objetos cobran sentido cuando los pueden reconocer en cualquier situación y posición a través de la modalidad sensorial»
Las experiencias infantiles se enriquecen a través de sensaciones y percepciones diferentes ayudando a generalizar y extrapolar conceptos hacia otras situaciones.
La estimulación intencional y adecuada por parte de los padres, maestros o cuidadores favorece la interacción del bebé con su medio, con sus compañeros y con el entorno inmediato, facilitando el aprendizaje, previniendo en muchos casos posibles deficiencias y potenciando capacidades cognitivas.
¿Qué aspectos podemos estimular?
El placer del descubrimiento va unido a la exploración.
Es importante crear experiencias sensoriales, basado en los intereses del niño. Esto propicia que el niño se mueva y tome un rol proactivo en la actividad.
Es una forma de aprendizaje el reconocimiento de los objetos de su medio.
La estimulación táctil, se favorece usando la mano que abre, cierra, aprieta y retuerce las cosas. Usando los pies al estar descalzo sobre diferentes texturas (gelatina, plumas, espuma)
Se pueden lograr experiencias multisensoriales al realizar cualquier actividad, utiliza diferentes sentidos para relacionar la vista, el olfato, el oído y el tacto.
Habla mientras tu hijo toca o huele algo, describe cómo es eso que está escuchando, cierren los ojos e imaginen los colores, prueben y huelan diferentes alimentos, siempre que sea posible asócienlos con la forma, textura y color.
No cierres las posibilidades a únicamente objetos, compara y utiliza conceptos relacionados a la temperatura (frio – caliente), a la consistencia, a la textura… mezcla, combina.
El movimiento también puede ser percibido de manera multisensorial por ejemplo con una puerta que abre – cierra o un columpio que sube y baja.
Explorar las formas y tamaños de los objetos con las manos, así como los tipos de superficies del espacio donde nos encontramos (por ejemplo, azulejos vs cemento, tierra, madera…)
Para los más pequeñitos podemos comenzar desde los primeros meses cuando los estamos cargando, pasa su mano por su cara, brazo y cuerpo. Incentívalo a que toque los objetos de su entorno.
La estimulación auditiva es fundamental para el desarrollo del lenguaje, resalta los sonidos del ambiente, cuando cantan los pájaros, el ruido de la lluvia, de objetos cuando caen, cuando bosteza o alguien se ríe a carcajadas. Haz notar el silencio, los ruidos bajitos contra los estruendosos. Realiza actividades de ritmos lentos, rápidos o con pausas, combinen partes de su cuerpo para conseguir más ritmos (manos, pies, chasquidos, palmadas) incluye algunos objetos cercanos como maraca, sonaja, llaves o campana.
Espero que estas ideas te sean de mucha utilidad, si quieres tener más suscríbete y descarga la guía como estimular los sentidos.
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