Trastornos del habla
Hasta ahora hemos hablado sólo de las dificultades articulatorias, consideradas dentro de la fonología. Existen además problemas que tienen que ver con el ritmo de la palabra y la fuidez con la que habla una persona (no se considera el nivel de lenguaje).
La Disfemia o tartamudez es la dificultad es la fluidez de la expresión verbal y se considera una perturbación del habla y de la comunicación social.
Cuando al hablar se observan repeticiones o prolongaciones involuntarias audibles (o silenciosas) durante la emisión de unidades cortas del habla se le llama espasmofenia, en la cual existe una contracción defectuosa de la emisión de la palabra.
Cuando estas dificultades se presentan al iniciar la palabra, decimos que es de tipo tónica. Si la dificultad se percibe una vez iniciada la emisión se llama clónica y se considera mixta cuando hay dificultad al iniciar y al continuar una oración, esta última es una combinación de las dos anteriores
Al hablar también se pueden observar trastornos en el ritmo de las emisiones producidas, caracterizadas por una notable lentitud, acompañada de entonación monótona y falta de expresión; a estas características se les llama bradilalia. Si, por el contrario, el individuo habla de forma precipitada, mostrando descoordinación fonorespiratoria, desfiguración de rasgos fonéticos y omisiones de fonemas o sílabas se le llama taquilalia.
DISFASIAS
Existen otros trastornos específicos al desarrollo del lenguaje, los cuales pueden o no atribuirse a un retraso mental o a déficits sensoriales-motrices. Se consideran como una dificultad constitucional y duradera, de gravedad variable para el procesamiento del lenguaje: las disfasias, que se agrupan dentro de las alteraciones neuropsicológicas de la función lingüística.
Los componentes formales del lenguaje se adquieren tardía y defectuosamente. El problema de base suele persistir comprometiendo el aprendizaje de la lectoescritura y el manejo de formas complejas del discurso. Evolutivamente y con proceso terapéutico, el niño disfásico puede llegar a desarrollar suficiente lenguaje oral para la comunicación corriente
Trastornos de voz
Cuando la calidad, el volumen o el tono de la voz son inadecuados o anormales lo llamamos trastornos de voz; éstos son mucho menos comunes en los niños que en los adultos. Si dichos trastornos se observan en la emisión de las producciones y es consistente, a esta característica se le llama disfonía. Cuando existe incapacidad para emitir la voz se llama afonía.
Por otra parte, la nasalidad (la nariz como principal instrumento de producción sonora) se categoriza en dos tipos:
a) Hipernasalidad, cuando son demasiados los sonidos emitidos por medio de las fosas nasales.
b)Hiponasalidad, si el individuo no presente suficiente resonancia de las fosas nasales para la producción de fonemas.
Conclusiones
Una observación adecuada es la base de una buena detección. Para que ésta sea fructífera y se pueda ayudar al alumno, es necesario proporcionar un ambiente cálido, dentro de contextos cotidianos, donde el niño no se sienta observado ni evaluado.
Como estrategia preparatoria para la observación, se presenta un juego atractivo en el que ambos puedan participar dentro de un dialogo con intención comunicativa; si el profesor observa que el niño está renuente a participar, puede invitarlo a un juego de títeres, donde sean “ellos” los que platiquen.
Durante la observación es necesario que los docentes vayan tomando notas del lenguaje del niño que consideren de importancia. Es recomendable grabarlos, ya que servirá de apoyo para una mejor detección de un trastorno lingüístico y facilitará la obtención de los datos.
Si en las conclusiones se observa alguna de las características mencionadas en este artículo, es necesario hablar con los padres y el psicólogo escolar acerca de las dificultades que presenta el niño, para que pueda ser canalizado con un especialista y tratado lo antes posible.
Un déficit diagnosticado y canalizado a tiempo provee mejores probabilidades de éxito, y con ello podemos evitar que el niño desarrolle otras dificultades relacionadas con la autoestima o la adquisición de la lengua escrita.
Si quieres saber más puedes leer la 1er parte aquí y la 2a parte acá.
Nota1: Este artículo lo escribí para la revista Correo del Maestro en 2007
Este artículo se imprimió en la revista Correo del Maestro en abril del 207. Año ll número 131.
Nota2: Lo transcribo exactamente igual que cuando fue publicado.
Deja una respuesta