Mi hijo sí lo sabe hacer y no quiere ¿qué hacer? En muchas ocasiones los papás no sabemos qué estrategia utilizar cuándo esto nos sucede.
Hay cosas que de verdad cuestan trabajo de realizar. Aun cuando desde nuestra perspectiva las veamos muy simples.
Cuando las actividades son muy fáciles el niño se aburre de hacerlas, cuando son muy difíciles es probable que se frustre
¿cómo encontrar el punto medio?
Trata de identificar:
- esas actividades que deja a la mitad,
- las que se resiste a realizar,
- con las que terminan en pleito,
- las que son interminables… como la tarea.
Este post es la continuación de Mi hijo ¿Quiere y no puede? ¿No quiere y puede?
¿Qué hacer cuando sí lo sabe hacer y no quiere?
2ª parte
Las tareas es su forma más pura son refuerzos de actividades para consolidar un aprendizaje, para que a partir de la práctica este se integre y se pueda realizar posteriormente.
Sin entrar en debates, de si es mucha o poca la que mandan los maestros.
No estoy de acuerdo en pasar toda la tarde haciendo tareas, tampoco en que si no acabas lo de la clase te lo lleves a casa.
Sin embargo, sí creo en la necesidad de consolidar un aprendizaje mediante la práctica, pero me niego a que este aprendizaje entre como castigo “por no ser rápido en clase”
Si queremos que un niño mejore la letra, hacerlo a través de planas eternas, no es opción.
Si queremos que un niño tenga su habitación levantada, hacerlo todo en una tarde justo cuando se portó mal tampoco es viable.
lectura recomendada: ¿Para qué sirven las tareas?
A que voy, si una actividad se ha de hacer a través de la reprimenda, evidentemente no será disfrutable, por tanto la interiorización de esta experiencia no será agradable.
Por eso hago mucho hincapié en que la lectura se disfrute, en que el lenguaje se desarrolle a través de la conversación y la escritura sea un acto de comunicación.
Aprenderemos a ver entre líneas lo que nuestro hijo quiere hacernos saber, esto requiere tiempo y disposición de nuestra parte.
Regresando a la tarea, cuando se aburre de hacerla pensemos si ya terminó de entender de qué va, está aburrido porque ¿es demasiado fácil para él? ¿Se cansó la mano de tanto escribir?
En estos casos podemos decidir un horario para hacer las actividades extraescolares, procurando un ambiente propicio para esto.
Identificar qué es lo que lo hace sentirse frustrado:
- Le cansa escribir… ¿está tomando adecuadamente el lápiz? ¿su psicomotricidad fina es la adecuada?
Si no es así ¿podrías hablar con la maestra y pedir reforzar esas habilidades como parte de las actividades entre ambas?
- Si tiene que hacer una serie de operaciones matemáticas ¿el objetivo de aprendizaje se cumple si hacemos 5 y jugamos después a la compra venta?
- ¿Cuántas veces ha tenido que hacer la misma –o similar- tarea?
Al creer que podemos reforzar determinada actividad haciéndola diario de la misma manera estamos causando apatía ante esta, la cual presentada de otra manera podría ser disfrutable.
Por ejemplo: leer en voz alta para alcanzar un número determinado de palabras por minuto.
Si cuando termina le decimos solamente los errores que ha cometido y comenzamos la misma lectura 3 veces más, te digo sin tener una bolita mágica que el tiempo de palabras disminuirá y los errores de pronunciación aumentaran.
La propuesta es que convirtamos las tareas o actividades de casa en momentos disfrutables:
Podemos hacer variaciones, buscar soluciones conjuntas y entablar diálogos en los que ambos expongan sus puntos de vista
¿funciona? Sí, si estas convencida que es mejor esto que pelear a diario por las mismas cosas.
Los adultos tenemos la posibilidad de modificar nuestros patrones con los que fuimos criados, de brindar opciones más didácticas y entretenidas para lograr el aprendizaje en nuestros hijos.
Para clarificar la propuesta que te hago y a modo de conclusión
Para hacer más disfrutables las tareas en casa
Continuará…
Gracias por leerme
Cruz Edith dice
Me encanto la propuesta.
mimamadice dice
¡Me alegra mucho saberlo! mil gracias por tu comentario. Deheni