Saber cómo hablar con los niños sobre un diagnóstico de enfermedad nos puede resultar muy angustiante ¿Qué les diremos?, ¿Qué tanto han de saber?, ¿Cómo se lo decimos?
La incertidumbre de la enfermedad es por sí misma un detonante de ansiedad, que conlleva además el deseo profundo de re establecer nuestra salud o la de nuestro familiar.
Seguramente tendremos dudas sobre qué, cuándo, cómo y cuánto decirles.
Las preocupaciones más frecuentes de los padres se centran en ¿qué tan vulnerables nos podemos mostrar? ¿Qué tanto ha de involucrarse los niños? ¿Cómo re establecer la rutina familiar?
Los niños son muy intuitivos, saben que algo ocurre aun cuando no se les ha dicho nada.
Todos alguna vez fingimos no escuchar o estuvimos detrás de una puerta sabiendo que algo no nos habían dicho…
Qué, cómo y cuánto decirles.
La pauta a seguir es la honestidad, decir información real acorde a la edad de los niños.
Para menores de 4 años lo recomendable es ser simple y claro “mamá irá al hospital a recibir un medicamento para ponerse bien”, “la abuela está enferma, va con los doctores al hospital a que le den medicina”
Con los niños entre 5 y 8 años, lo haremos a partir de la información previa que tengan, pregúntale ¿Qué crees que pasa con mamá?
De esta forma sabremos qué tanta información o ideas tienen y podremos desde su conocimiento determinar qué tanta información médica dar.
A estas edades es importante que nos centremos en que la rutina de los más pequeños esté lo más clara posible.
Esto les ayudará a sentirse seguros y poder adecuarse mejor a los cambios.
Una buena idea es buscar alguien que te ayude a recogerlos de la escuela o que los acompañe a las clases de la tarde. Recuerda hacérselos saber de antemano.
Lectura recomendada: Por qué es importante que los niños tengan un desarrollo emocional sano
Para preadolescentes, es probable que hayan escuchado previamente el nombre de la enfermedad, incluso que sepan algo de la misma.
Es importante esclarecer las dudas que tengan, sobre todo si un conocido tuvo una enfermedad parecida.
Hablar de las diferencias y sobre todo hacer hincapié en que ha habido muchos avances médicos.
A esta edad los ayudaremos a aceptar sus emociones y al manejo adecuado de la información que tienen.
Los hijos adolescentes, buscarán información más detallada y precisa.
Puede incluso acompañarte a una cita y preguntar sus dudas a los doctores.
=Lectura recomendada: recursos para hablar de la muerte a los niños=
Recomendaciones generales para hablar con los niños sobre un diagnóstico de enfermedad:
- si no sabes la respuesta no temas decir “No lo sé, preguntaré y te diré lo que me digan los médicos”
- Invitarlos a preguntar. Mantener esta posibilidad abierta por si tiene dudas.
- Evita mantenerlo en secreto. Anticípate a vecinos/ amigos/ parientes.
- Deja en claro que no hay culpables.
La enfermedad no necesariamente significa muerte, la medicina actual es ahora mucho mejor, con mejores pronósticos y no es contagioso.
- Es muy probable que la plática acerca de la enfermedad se realice en varias ocasiones.
Esto dependerá de las dudas e información médica nueva que surja.
Centrar las pláticas en temas específicos, evitando de esta forma una plática sobrecargada de información.
- Para todos los niños es importante mencionar el nombre de la enfermedad y su ubicación (es cáncer de seno y está en el pecho)
- Cómo será el tratamiento, los posibles efectos que de este se desprendan, así como los cambios que habrá en la rutina diaria.
Esta información se adecua a la edad de los niños.
=Lectura recomendada: Cómo fortalecer la salud emocional en nuestra vida=
Cuándo hablar con los niños sobre un diagnóstico de enfermedad
- Es preferible hacerlo en un momento en que estés más tranquila. Esto no significa que no puedas llorar.
- Si los padres están juntos es recomendable hacerlo los dos, si no es así, considera una persona que te apoya como un abuelo, un tío, una amiga
- Cuando platiques con él, haz hincapié en la confianza para preguntar.
- Para elegir un buen momento para hablar con los niños sobre un diagnóstico de enfermedad, espera a que no haya distracciones, estén en casa o en un lugar que les resulte cómodo a ambos.
- Si por el momento tu hijo decide no decir nada, dile que cuando tenga alguna pregunta puede hacértela saber.
- Si tienes más de un hijo, puedes considerar la posibilidad de hablar con ellos por separado para que tengan el tiempo de hablar acerca de sus propios temores y sentimientos.
De esta forma podremos saber de manera regular cómo van manejando el proceso de la enfermedad.
Sobre la rutina
Después de explicarles acerca de la enfermedad, dile cómo el inicio del tratamiento cambiará la rutina familiar.
Informa acerca de los preparativos que están haciendo para asegurar que estarán atendidos sin importar lo que pase.
Con quién y cómo tienes previsto que la ayuden.
Mostrarnos vulnerables
Hablar con los hijos puede ser un momento muy atemorizante, sobre todo porque uno mismo tiene dudas e incertidumbres.
No temas mostrarte triste o con temor, pero sí procura estar en un momento controlado cuando hables con ellos.
Es normal estar tristes y alterarse, la aflicción por la pérdida de seguridad, la certidumbre y el futuro se ven desestabilizados.
Enfrentar estos sentimientos ayudará a manejar mejor los próximos retos.
No es necesario aparentar que no hay de qué preocuparse, es un momento triste, la enfermedad produce miedo y esto genera sentimientos intensos en todos los integrantes.
A veces nos darán ganas de llorar o estaremos cansados o preocupados. Sin que esto signifique que la familia no pueda llevar esta situación.
Los padres pueden decir que habrá momentos en que necesiten llorar, o que sentirán enojo o tristeza, que está bien expresar los sentimientos.
Cada quien tiene su manera para expresar sus emociones. Es necesario que tanto los hijos como los padres se den permiso para ello.
Hablar de los efectos secundarios que conlleva el tratamiento.
Procura hablar sobre el tratamiento que recibirás de manera directa, incluye los efectos secundarios.
Si vas a perder el cabello dilo para que no se asusten cuando esto pase,
Si estarás ausente por unos días explica a qué vas al hospital, por cuantos días y cómo estarás en contacto con ellos.
Estando ahí, dependiendo cómo te sientas escribe una nota, manda un mensaje de texto o de voz si te es posible,
Deja un recado en casa para cuando vuelvan de la escuela.
La idea es transmitirles que tu amor sigue con ellos.
Informales quién se queda a cargo, quién les puede ayudar y sobre todo explica que sin importar lo que pase con el tratamiento, sigues siendo la misma persona que los ama profundamente.
Preguntas sin respuesta y hablar de la muerte.
Habrá momentos en que te pregunten sobre cosas que tú tampoco sabes.
En estos casos, lo recomendable es hacerles saber que estás en tratamiento y que ahora mismo no hay forma de saber que pasará pero, que tras esta etapa, habrá nueva información para compartirles.
Dile que si se siente muy preocupado, te lo haga saber para que juntos puedan resolverlo.
En lo posible, evita relacionar la muerte con metáforas como dormir, con personas buenas, ir al cielo o Dios decide, puesto que estos comentarios confunden a los niños.
Como seguir con la vida en familia.
- De manera periódica busca momentos para saber cómo están sobrellevando la situación
- Hablar acerca de las rutinas familiares, de sus sentimientos y de la nueva información médica a compartir.
- Incluye en las pláticas, cosas habituales como: próximos eventos de la escuela o logros que hayan tenido en los últimos días.
- Por lo general, en los centros hospitalarios se puede solicitar apoyo psicológico si observas que tu hijo presenta mucha tristeza, si notas cambios bruscos en su carácter o si está muy preocupado e irritable.
- Habla con las maestra de la escuela para que puedan también apoyarte.
No estamos preparados para hablar con los niños sobre un diagnóstico de enfermedad, sobre todo cuando hay que hacerlo con los más pequeños.
Podemos crear en este momento difícil, un espacio de comunicación y soporte mutuo.
Hacerse de una red de apoyo es fundamental, ellos te podrán ayudar a continuar con la rutina, a acompañar a tus hijos y a ti cuando sea necesario.
Si esta información te es de utilidad comparte para que más familias se beneficien de ella.
Gracias por tu lectura
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